Cabo Verde y su "morabeza"

                                    

Mercado de Assomada

Casa de Tarrafal

Pescadores de Tarrafal

Atunes 

Músicos de morna. Quebra Canela

La idea del viaje empieza a cuajar cuando me encuentro con mi amiga María Saravia, y me cuenta sus planes para su próximo viaje en solitario. Ella es una experimentada viajera, gran conocedora del África Occidental, con la que he compartido algunos viajes como el divertidísimo que hicimos a Turquía en grupo hace muchos años y también unos días en Birmania cuando vino a visitarme. Esto va a ser mucho más intenso, un mano a a mano de 3 semanas.  Finalmente, nos embarcamos juntas en esta aventura, con gran entusiasmo y motivadas por escapar de la rutina, aprender, descubrir y divertirnos. Será mi primer viaje fuera de Europa en tres años (COVID) y estoy emocionadísima. 

Santiago

Probando el aguardiente "grog". Ciudad Vieja

Nuestra primera parada es Praia, la capital de Santiago, la isla más grande de las 10 que tiene el archipiélago. Después de haber leído en la guía y en los blogs que es la isla más africana y con más historia, nuestras expectativas están altas y nos decepcionamos rápidamente. Suele pasar con las capitales a menudo, bastante caos, arquitectura nada espectacular para los ojos de un europeo.

Visitamos el Palacio de la Cultura, el mercado de Sucupira y el Museo Etnográfico y ninguno de esos lugares nos deja huella o impacto. Por la tarde caminamos por las playas de Prainha y Quebra Canela. Agua fría y viento. Ambos fenómenos nos acompañarán durante toda nuestra estancia en Cabo Verde sin apenas darnos un respiro. 

Prainha

Comiendo pulpo

La excursión a Ciudad Vieja fue un día muy agradable. Es Patrimonio de la Humanidad (UNESCO) y cuna de la cultura criolla. Fue la primera colonia europea en los trópicos y enclave destacado del tráfico de esclavos, que tanta riqueza proporcionó a los portugueses. Entre los siglos XVI y XVIII, la mayoría de los barcos de Brasil, las Américas, Guinea Bissau y Sierra Leona hacían escala aquí. Por aquí pasaron navegantes como Vasco de Gama o Colon. En el pueblo, hay dos iglesias, una catedral de la que solo quedan los cimientos y la Rua Banana, con casitas con techo de paja. Y hay vecinos simpáticos y orgullosos del lugar en el que viven, y mujeres que te invitan a grog, el aguardiente caboverdiano, y que soportan vidas miserables junto a maridos borrachos. Y chiringuitos en la playa donde se come un pescado fresquísimo.

Porto Rincao

Porto Rincao

Nos vamos para el centro de la isla, a la ciudad de Assomada, para conocer lugares más rurales y más amables que Praia. Una de los lugares que más me fascinó fue el mercado, mucho más colorido que el de Praia y con unos precios muy buenos para comprar telas y ropa. Estuvimos en el Museo de Norberto Tavares, un cantante y activista caboverdiano, donde descubrimos la "música funaná", un ritmo muy alegre y enérgico que incluye el acordeón como instrumento. Es de origen campesino y ha ido ganando popularidad desde la independencia en los años 70.

Ciudad Vieja

Mi cerveza favorita, Super Bock

Lo mejor que nos pasó en esta ciudad fue cruzarnos con Nelly, una expatriada residente en Suiza, cuyo marido (otro parásito) regenta un chiringuito bar y esa noche de sábado habían asado un cerdo. ¡Qué carne más tierna! ¡Y qué mujer más encantadora! Todo esto para compensar el frio y lúgubre alojamiento que habíamos reservado. Un lugar que encontramos sugerido en la guía de viaje, esas de papel que pocos viajeros usan ya porque se quedan obsoletas antes de llegar a la imprenta y no cuentan con la riqueza de comentarios de otros huéspedes. En este hostal no tuvimos ni siquiera agua para ducharnos. Otro día especial fue el que pasamos en Porto Rincao, donde ese domingo celebraban la fiesta de los pescadores. Es un pueblito costero con muchas casas pintadas de colores vivos, donde los lugareños se te acercan a charlar. Me arrepentí de no haberme bañado. Je, je. Un día sin viento.

Piscinas naturales Cuba

Llegamos a Tarrafal, la ciudad en el extremo norte de la isla, un lugar del que hemos oído maravillas, y nos encanta nada más tocar tierra. Y cuando vemos el amplio, limpio y céntrico apartamento que tenemos para 2 días, decidimos quedarnos los 4 días que nos quedan en la isla.  No nos faltan planes, parece que hay varios lugares interesantes cerca: las piscinas naturales de Cuba en Ribeira de Prata, la presa en Principal, la excursión por la Sierra Malagueta, el paseo al faro y el Museo de la Muerte Lenta. Nuestra primera toma de contacto con la ciudad es la playa, siguen con nosotras el agua fría y el viento, así que nos olvidamos de los baños y los vestiditos de tirantes, que siguen en el fondo de la maleta. Descubrimos el chiringuito de la playa y las caipiriñas a 350 escudos, unos 3, 5 € y ya nos hicimos asiduas. Ahí conocimos a Charlene, su chico Marek y su hijo Gastón, una familia de artistas franceses con una vibra muy buena con los que luego coincidiríamos en la isla de San Vicente. De las excursiones que hicimos, la que menos disfrutamos fue la de Sierra Malagueta. 

La niebla estaba muy baja y nos impidió disfrutar de las vistas. Menos mal que no pagamos los 30 € por persona que pretendían cobrarnos por el guía que supuestamente necesitábamos para nuestra seguridad. 

Porto Rincao

Caipiriñas on Charlene en Tarrafal

No me voy de Tarrafal sin bañarme

El día que fuimos a las piscinas naturales fue especialmente bonito, un entorno paradisíaco, sin gente, solo para nosotras, María se bañó y yo estuve a punto. En ese pueblo también bajamos a Playa Negra y comimos fritura de marisco en el bar de una caboverdiana muy empoderada. Por la tarde nos acercamos al El Museo de la Muerte Lenta, un lugar tristísimo pero necesario para comprender la historia de Cabo Verde. Fue un campo de concentración ideado por el dictador portugués Salazar para silenciar a sus opositores políticos desde 1936 a 1956. Estuvo cerrado varios años y en 1962 reabrió como campo de trabajo para encarcelar y torturar a anticolonialistas angoleños, caboverdianos y de Guinea-Bissau. En 1974 se cerró definitivamente con el triunfo de la Revolución de los Claveles en Portugal. Aquí aprendí sobre Amilcar Cabral, que lideró el proceso independentista de Guinea Bissau y Cabo Verde en los años 50 y que culminó con el fin de los cinco siglos de dominación portuguesa en 1975 y la propia vida de Cabral. También aprendí sobre la diáspora de caboverdianos. Los primeros dejaron Santiago en el siglo XIX obligados por el gobierno para trabajar en las plantaciones de Sao Tomé y Principe.

Sao Vicente (parte 1)

Casa Museo Cesarea Evora

Después de 8 días en Santiago, volamos a Mindelo, capital de Sao Vicente. Nos hemos tenido que adaptar a la escasez de vuelos y trayectos en barco que hay entre islas y a nuestro presupuesto, claro. Pasaremos 3 días aquí, luego iremos 4 días a Santo Antao, que está a 1 hora en barco, y al regresar, pasaremos otros 3 días para el pre-carnaval. Mindelo nos enamora desde el primer momento, la arquitectura colonial es impresionante, la ciudad es tranquila, sin el caos de Praia, otro ritmo. Y "morabeza", mucha morabeza. Es una palabra que describe el carácter de los caboverdianos, que son amables, relajados, hospitalarios, no stress.

Lugar favorito de Cesarea para fumar

Esta isla fue la ultima en poblarse, a mediados del s XIX. Hubo una cierta prosperidad por la presencia de minas de carbón inglesas. De esa época son sus edificios coloniales tan bien conservados. Y Mindelo se convirtió en un importante centro cultural donde florecían las artes como la música.  Hay grandes músicos caboverdianos como Bana o Tito París, pero es sin duda Cesarea Evora su representante más internacional. Visitamos la casa de "la diva de los pies descalzos", que pese a no ser muy grande, trasmite muy bien algunos aspectos de su vida, como su origen humilde, su alcoholismo, el cariño de las personas que la ayudaron en sus momentos más duros. Al ver el video de su funeral, donde ella está preciosa, te parece que tiene la solemnidad de un funeral de estado.

Alianza Francesa. Mindelo

Baile en Alianza Francesa

Playa de Laginha

Colores de Mindelo

Playa de Calhau

Guiso de garupá. Bar Bom Gosto

De los diversos platos que probé, la "cachupa", que es como un cocido con de todo: legumbres, verduras, carne y maiz no estaba mal, pero con lo que más disfruté fue con el pescado fresquísimo, sobre todo el atún, el pez sierra y también la garupá. 

Santo Antao

Valle de Paul. Fontainhas

Casas tradicionales

Esta isla es de una exuberancia espléndida. Super verde, con macizos de roca volcánica cubiertos de plantaciones de caña de azúcar, mangos, plataneros, huertas de ñame,....   Y sin apenas viento.  Estamos encantadas. Nos alojamos en Casa Misurino las 4 noches que estuvimos. Nos gustó la ubicación, al final del pueblo en pleno valle de Paul, bien comunicado para hacer rutas y un precio estupendo. El propietario, Vito, es un personaje muy peculiar y dicharachero que tiene la casa llena de gatos, bastante dejado para lo chulo que podría tener el espacio. Aquí nos relacionamos mucho con el mundo francés. Y parece que todo el país ha decidido venir a Cabo Verde, hemos hablado más francés que portugués o criollo, ja,ja. "Tud dret?" ¿todo bien? y ya. Esta isla es un paraíso para los amantes de la montaña, aunque hay que estar en buena forma porque los desniveles son fuertes. Hicimos tres rutas de las más moderadas por el espectacular Valle de Paul y acabé muy contenta con mis rodillas, que se portaron de maravilla. La movilidad está más restringida que en otras islas porque hay menos habitantes. Nosotras nos movimos en "aluguers", que son taxis colectivos de 12 plazas y no salen hasta que no se llenan. Te puedes tirar hasta una hora esperando la salida, pero bueno, con la calma y dejándote impregnar de "morabeza".

Caminando entre la montaña y el mar

Ruta a Pontinha de Janela

Huertas de ñame. Valle de Paul

Trapiche. Elaborando "grog"

Ruta a Cova

Bar local. Con Stephane, francés también :)

Sao Vicente (parte 2)

Nadando con tortugas

Lo primero que hacemos nada más llegar a Mindelo es salir para Sao Pedro, pueblo pesquero donde no solo desovan las tortugas careta (de mayo a noviembre) sino que viven en sus aguas todo el año y se las puede ver y acompañar en su habitat. Aunque el viento y el agua fría siguen siendo la tónica, esta vez lo paso por alto, la ocasión lo merece. No me puedo resistir y me lanzo a ese mar azul turquesa donde me espera un grupo de preciosos animales con los que compartiré unos momentos únicos. Nado y nado hasta que empiezo a sentir el frío y vuelvo a la barca emocionadísima. Ha sido uno de los momentos álgidos de este viaje, sin duda.

Playa de Sao Pedro

Playa de las Conchas

Músicos de Mindelo

Lo siguiente que haremos será empezar a entrar en modo carnaval, es el fin de semana previo y vamos dispuestas a darlo todo. 

Nos compramos unas pelucas de colores  y echamos el grog y el ponche que compramos en Santo Antao a las mochilas. Descubrimos un lugar alternativo llamado "Útero creativo" donde acabamos con la cara decorada. Están los bares con música en vivo como el Colombinho, La librería, el Jazzy Bird o el Metalo pero es que además en todos los restaurantes hay músicos tocando. Una gozada. 

Cuanto juego nos dieron estas pelucas

Llevamos dos días calentando y esperando el Gran Domingo Mandinga. Nos hemos reencontrado con Charlene y su familia. Cuando se ponen en modo mandinga, a los caboverdianos les sale todo el alma africana que llevan dentro. Es muy salvaje la energía que tiene el carnaval. Y allá que nos metemos con ellos, arrastradas por la música, el baile y las ganas de soltar el cuerpo de manera libre y loca. Nos hacen sentirnos parte de la fiesta enseñándonos a tocar sus instrumentos rudimentarios.

Pintándose los cuerpos con betún negro y adornándose con símbolos que van desde bebés hasta huesos de animales pretenden honrar a sus antepasados africanos. Los mandinga son el grupo étnico más numeroso en África Occidental, procedentes originalmente de Mali.

Simpático mandinga

Todo Mindelo en el carnaval

   

Monísimo

Al acabar el desfile ya hemos hecho amigos

Centro de Arte de Mindelo

Tapas de barriles. Centro de Arte

Barriles. Simbolo de la diáspora caboverdiana

Últimos 2 días en Santiago

Nos vamos de Sao Vicente con todo el dolor de nuestro corazón. Nos vamos a perder el lunes en el que salen los grupos de samba tropical y el martes, gran día del desfile de carrozas. Pero no hemos podido conseguir un vuelo más cerca del nuestro para regresar a España. Tenemos muchas ganas de más y algo de carnaval esperamos encontrar en Praia.

Faro de Maria Pia

En el faro

Seguimos con viento hasta el final, así que otro día sin playa ni baño. Nos vamos a ver el faro, está al lado de casa, estamos en la zona noble, donde están las embajadas, en Achada San Antonio. El farero, un tío muy cachondo, no solo nos enseña el faro y nos hace fotos, sino que también se echa un bailecito con nosotras. 

                                                        Ja,ja, qué bueno!

Por la tarde, vamos en busca de las últimas horas de fiesta carnavalera. Y nos reencontramos con los mandingas, los más divertidos, sin duda.

Chicas mandingas 

Mandinga super adornado

Tras un par de horas de plantón, llegaron las carrozas

Bella mujer y precioso atuendo 

Petacas con ponche de mango y grog

Precioso mural tallado en la pared

El viaje llega a su fín y me invade la desazón como siempre me pasa. Ahora toca re-saborear cada buen ratito de los muchos que ha habido, hacer que perdure en la memoria y en la piel, y claro, a seguir soñando con futuros destinos por descubrir.

Como dijo alguien: "Un viaje se vive tres veces: cuando se sueña, cuando se vive y cuando se recuerda"

¡¡Tchau Cabo Verde, petit pays lindo!!