Shanghai, la perla de Oriente

SHANGHAI, PERLA DE ORIENTE

Juego de luces el el Bund

Chinos jugando en la calle

¡Y por fin me llegó la ocasión de conocer Shanghái! El listón está bastante alto, después de oír hablar maravillas del lugar. Que si el Paris de Oriente, que si una ciudad cosmopolita, llena de extranjeros, que si no parece China,….  Otro ingrediente que endulza el viajecito es que voy a encontrarme con mi hermano Miguel y su mujer, Patricia, que han venido a visitarme y a conocer el país. Será mi primera aventura china en compañía, algo que realmente agradezco, aunque me guste viajar sola.

Mercado Yuyuan

Día 1. La llegada- Nos encontramos en el famoso restaurante Yangs Dumplings para comer al mediodía y resulta ser una gran decepción. Unos dumplings grasientos (no están al vapor, sino fritos), que te dejan la camisa hecha un desastre cuando les hincas el diente y te salpican todo su caldo interno. Y de ahí estamos a un paso del apartamento de Airbnb que hemos alquilado. Soltamos las maletas y nos tiramos a la calle a tomarle el pulso a la ciudad, vamos hacia la parte vieja de Shanghai o lo poco que queda de ella y en el camino atravesamos el Mercado de Yuyuan que está a reventar de gente. 

Reciclaje autóctono

Nosotros y el skyline del Bund

Callejones del viejo Shanghai

No nos queda otra, los chinos tienen establecidas rutas ‘one way’ o de sentido único para organizar el tráfico de peatones en grandes ciudades, y si intentas ir por libre y tomar un camino alternativo, seguro te vas a encontrar un policía/militar/voluntario del partido que te recuerde que debes volver e integrarte en el rio humano. Mi hermano casi compra un reloj Rolex, pensando que era muy barato, la vendedora que llevaba 15 minutos siguiéndonos, le decía el precio en dólares, pero él creía que era en yuanes, ya que no entendía su inglés cuando le decía ‘dola’ 

($$$). ¡Qué risas!, ja,ja,ja. 

Y de ahí nos encaminamos al Bund, para ver el city skyline y espectacular juego de luces de la zona de rascacielos del distrito financiero de Pudong. Identificamos la Torre de Shanghái y la Torre de la Perla Oriental y nos hacemos todas las fotos que nos permiten el resto de turistas presentes en el lugar. Buscamos un sitio decente para cenar y de ahí a dormir y recuperarnos para el día siguiente.

Sede fundacional del Partido Comunista

Templo Jingan

Tradición y modernidad

Día 2- Después del desayuno, programamos el itinerario, provistos de mapa en papel y Maps.me, una aplicación de móvil que funciona sin internet. Empezamos el día por el Templo de Jingan, o Templo de la Paz y la Armonía, que data del siglo III y ha sido reconstruido por completo, ya que es la sede de la Asociación Nacional Budista. Durante la Revolución Cultural maoísta fue convertido en una fábrica de plásticos y en la actualidad resulta enclavado en medio de edificios modernos de estilos arquitectónicos muy diferentes. El contraste resulta muy curioso. Disfrutamos de esta visita. Nuestro próximo destino es la zona de Xintiandi, con sus casas antiguas (Shikumen), y en uno de esos callejones está el museo que fue la sede donde tuvo lugar el primer congreso del Partido Comunista Chino (PCC).

Contrastes

Cerca también está la que fue sede provisional del Gobierno de Corea en la época en que Corea fue una colonia japonesa. Como estamos cerca de la zona de la French Concession, paseamos por allí. Cuando China perdió la segunda guerra del opio a mediados del siglo XIX y fue obligada a abrir sus puertos al comercio internacional, esta parte de la ciudad fue cedida a los franceses. Los callejones muestran algo de la vida tradicional china, las casas están muy cuidadas, ya que se ha convertido en un barrio lleno de cafés y baretos de cerveza y música, lo más moderno de Shanghái. 

Callejones de Xintiandi/French Concession

French Concession

Turistas a punta pala. Los ingleses ocupaban una parte de la ciudad tres veces más grande. Entre los países de lo que se llamó el Asentamiento Internacional estaba sorprendentemente España, que ya tenía acuerdos con China por aquel entonces. 

Supuesto barrio español

De lo que no hay evidencia es de que hubiera algo tan diferenciado como una zona española (Spanish Concession), un cuento que nos soltó un simpático paisano para vendernos una degustación de té, a la que obviamente no fuimos.

Edificio colonial

Arquitectura desde People's Square

Nuestro día acabara en People’s Square, la Plaza del Pueblo, donde está el Shanghai Grand Theatre y el Shanghai Museum entre otros edificios impresionantes. Dentro del parque nos encontramos con el Marriage Market. Se trata de un mercado al que acuden los padres y madres de hombres y mujeres en edad casadera para intentar arreglar matrimonios para sus hijos. Es algo único y desconcertante para nosotros, y un claro ejemplo de la brecha generacional existente hoy en día en China. Una generación de mayores muy tradicional y tremendamente preocupada por no hacer lo suficiente para que sus hijos creen una familia y procreen. Se reúnen en una esquina del parque y muestran las fotos, ingresos, y cualidades de sus hijos, en su mayoría varones. Esto es una consecuencia de la política del hijo único, que ha causado serios desequilibrios sociales, haciendo que para algunos grupos de edad sea muy difícil encontrar esposa.

Anuncios del Mercado de matrimonios

Y cogemos un taxi (Didi) para ir al Bund, esta vez a disfrutar de la parte vieja de edificios coloniales británicos iluminada. Traficazo, pero al menos vamos sentados después de un día más de gran pateo.

El Buda de Jade

Techos del templo

Día 3- Hoy nos hemos propuesto visitar el templo del Buda de Jade, los Jardines Yuyuan y acabar regateando en el mercado de falsificaciones. El templo no nos gusta tanto como el de Jingan. A mí, como siempre me fascinan las historias que hay detrás. Resulta que un tal Hui Gen se fue de viaje a India a descubrir las fuentes del budismo. Al pasar por Birmania, vio las enormes cantidades de jade y los lo bien que trabajaban los escultores locales. Asi que en una comilona con el rey (esto es de mi cosecha), consiguió que le dejara llevarse varias estatuas de budas de jade a China, que son las que se ven en el templo hoy. El templo es un centro cultural con mucho ajetreo de público que ofrece cursos de meditación, de cánticos y de caligrafía.

Monjes al sol

Jardines Yuyuan

Después de la paradita a comer, nos vamos hacia los Jardines de Yuyuan. Menos mal que hemos cogido fuerzas, ya que el acceso requiere armarse de paciencia, no enfadarse por la empujadera y moverse a paso de tortuga en una larga cola hasta la taquilla. Pero merece la pena, son unos jardines con construcciones arquitectónicas preciosas, pasadizos empedrados, lagos con peces de colores y sauces llorones. Al parecer, lo construyo un señor (rico, claro) para disfrute de sus padres a imagen y semejanza de la Ciudad prohibida. De esta manera no tendrían que desplazarse hasta Pekín. Muy tierna historia y muy buen gusto.

En los hermosos y masificados Jardines Yuyuan

Yuyuan

El mercado está en la salida del metro Science and Technology Museum. Parece que todos tenemos muy claro lo que queremos. Yo nada, a no ser que vea ropa de primavera/verano a un precio de escándalo. Miguel unas zapatillas deportivas y Patri una maleta en caso de comprar mucho y abultado. Parece sencillo pero no lo es, sobre todo si 1. No entiendes la dinámica del regateo y 2. No te  mentalizas que absolutamente todo lo que venden es falso, aunque te digan lo contrario y las diferencias serán entre buenas, regulares y peores falsificaciones. 

Estanque del falso loto

Salimos de allí con un par de tarros de té y unos auriculares inalámbricos para regalar a la familia. Cenamos en un coreano, de esos en los que te traen la comida cruda y te la haces tú a la brasa. Muy rico.

Princesa china

El Bund parte colonial

Desde las alturas

Día 4- Con una puntualidad germano-china, se presenta la dueña en el apartamento a las 11 a.m. en punto. Hoy dejamos el apartamento para transferir y soltar las maletas en mi hotel, que está a unos 15-20 minutos caminando por la calle peatonal de East Nanjing Rd. Miguel y Patricia viajan esta noche y yo me quedo una noche más. Después de resolver la logística, nos encaminamos hacia el Museo de Historia del Bund, que nos parece de contenidos más interesante que el tan recomendado Museo de Shanghái, pero lo encontramos cerrado. Queremos cruzar al otro lado del rio y pasar la tarde entre rascacielos. No lo habíamos planeado pero acabamos montándonos en el surrealista tren que va por el Bund Sightseeing Tunnel.

Distrito financiero

Podríamos haber cogido el metro o el barco pero cuando nos dimos cuenta ya estábamos dentro del túnel psicodélico por el que pagamos el exorbitante precio de 9 euros por el trayecto de ida y vuelta. Creo que está sobrevalorado, pero claro es algo que solo vas a vivir en China, es como el tren de la bruja de toda la vida pero con lucecitas de colores y efectos especiales, como si tomaras drogas, vaya.

Ultimas fotos con La Perla

La entrada a la Torre de la Perla Oriental, icono de con visita al museo incluida cuesta unos 30 euros, asi que nos lo saltamos y vamos a la Torre Jin Mao, que tiene 350 metros de altura, la tercera más alta de Shanghái después de la Torre de Shanghái y la Torre del Distrito Financiero Mundial. Hemos leído que podemos subir hasta el piso 87 donde está el bar del hotel y tomarnos un mojito por 9 o 10 euros, más barato y con vistas similares. No solo es sobrecogedora  la vista de la silueta de la ciudad a esa altura, también lo es el lujo que nos rodea, la velocidad de los ascensores que tardan nada de tiempo en recorrer 50 pisos. Y aquí acaba nuestro tiempo en la ciudad juntos.

El Bund de dia 

Día 5- Hago un poco de compreo por la zona y del hotel me voy a la estación de tren de Hongqiao, cercana al aeropuerto a encontrarme con Victor y Valentyna, profes y compañeros de mi antigua escuela MIS de Yangon, que también están en China viviendo. Son una familia encantadora de Ucrania. Comemos juntos, nos contamos como nos va la vida, planes de futuro inmediato y nos despedimos, yo al aeropuerto, ellos al cine con los niños.

Una visita muy recomendable, en resumen, una ciudad diferente al resto del país, de grandes y bellos contrastes en arquitectura, donde conviven comunismo y capitalismo al estilo chino.