GRECIA
|
Vista de la Acrópolis |
Es algo insólito que escriba sobre un viaje en mi blog un año después de concluirlo. Quizás en ese momento mi mente y cuerpo estaban más ocupados en reinstalarme de vuelta al hogar, después de 7 años en categoría de emigrada, y fueron pasando los meses, luego mi hermano Paco enfermó y al poco murió, yo no estaba para nada que no fuera el desconsuelo y la pena enorme, luego llegó la pandemia, el maldito coronavirus, y se esfumaron mis ganas de escribir. Ahora encuentro el sosiego y el tiempo de recordarlo y plasmarlo, de revivirlo en un año extraño, un año sin viaje.
Las islas griegas eran un viaje pendiente, desde hacía años en la cola de la lista de deseos, un sueño finalmente cumplido y disfrutado a lo grande. No fue fácil elegir solo dos islas de las 2.000 que existen. Después de hablar con amigos que habían estado por allí y ver opciones de ferries, tiempos y demás historias logísticas, nos decidimos por Creta y Paros. Creta es la isla más grande de Grecia y cuna de la civilización minoica, donde se encuentra el famoso laberinto del minotauro. Y además de historia, tiene playas espectaculares. Paros es una isla en las Cicladas, cerca de las superturisticas Mikonos y Santorini, plagadas de hordas de turistas y unos precios locos que queríamos evitar a toda costa.
|
Nosotras frente al Partenon
|
|
Odeón de Herodes
1. Atenas
Pese a que muchos viajeros se saltan Atenas y la describen como una ciudad sin encanto, nosotras teníamos claro que no queríamos perder la oportunidad de explorarla y visitar la Acrópolis por su relevancia histórica. Nos alojamos en la céntrica zona de Monasteraki, llena de tabernas, tiendas y al lado del bonito barrio de Plaka. Llegamos justo para cenar y recobrar fuerzas para recorrer la Acrópolis al día siguiente. Se puede ir caminando y no tuvimos que hacer la cola de la entrada, que ya habíamos comprado por internet.
|
|
Los Propileos |
|
Con el olivo de Atenea |
|
Techos del Partenon |
|
Las Cariatides
La Acrópolis tenía una doble función: defensiva y como lugar de culto. El templo más significativo es el Partenón, o templo de la diosa Atenea, aunque en el recinto también hay otros templos menores y lugares como el teatro de Dionisio. El Partenon se conservó en bastante buen estado hasta el siglo XVII cuando los venecianos asediaron la ciudad, entonces en poder del imperio otomano y el Partenón voló por los aires, ya que se estaba utilizando como polvorín. Aunque actualmente está siendo restaurado, difícilmente recuperará su aspecto original con sus frisos policromados y sus figuras de mármol, muchos de los cuales están expuestos en el Museo Británico de Londres (los ingleses como siempre, saqueándolo todo). Lo más impresionante de este paseo por la historia es recrearte echando la imaginación 2.500 años atrás, visualizando a Sócrates y otros filósofos griegos conversando con sus discípulos por estos lares. La democracia nació aquí, con sus peculiaridades, claro, ya que una de las características de la sociedad ateniense era que la esclavitud permitía a los hombres dedicarse a la política. ?esclavos y democracia? Parece un oximoron en nuestra concepción actual.
|
|
Plaza Monasteraki después del terremoto
|
|
Plaza Monasteraki antes del terremoto
|
|
Momento terremoto
|
|
En la puerta de casa
|
|
Atenas y su dejadez
|
|
Callejeando por la ciudad
|
|
Después de 100 intentos...
|
|
Piedras de la Acropolis
|
En la mitología griega, Atenea era una diosa guerrera que representaba las causas justas y la sabiduría, nacida de la cabeza de Zeus, ya adulta y completamente armada. Parece ser que Zeus se tragó a su madre y luego Hefesto abrió su cabeza de la cual brotó Atenea, una de los 12 dioses Olímpicos. Desde la Acrópolis, Poseidón y Atenea se enfrentaron para reclamar la ciudad de Atenas como suya y Zeus propuso una solución pacífica al problema: debían de presentar un regalo a los atenienses, que decidirían quien era el ganador. Poseidón clavó su tridente en el suelo e hizo brotar una fuente/río de agua salada y un caballo. Atenea hizo lo mismo con su lanza, que se transformó en el primer olivo del mundo. Los ciudadanos emocionados por el nuevo árbol la nombraron ganadora. Del olivo se podía sacar madera, refugio, sombra, aceite, aceitunas y además sujetaba la tierra en las tormentas.Nuestra entrada combinada a la Acrópolis nos daba acceso a visitar varios lugares de los que elegimos la Biblioteca de Adriano, el Ágora Romana, el Ágora Antigua y al templo de Zeus Olímpico. Toda Atenas está llena de pedruscos, todo tirado por el suelo.
|
Templo de Zeus
|
Y como ya nos hemos aficionado a los free tours, desde que los descubrimos en Praga, el segundo día decidimos apuntarnos a uno para escuchar las anécdotas y recomendaciones que no te cuentan en las webs oficiales. Nos gustó mucho el dinamismo de la guía, que nos llevó desde el Arco de Adriano a la catedral ortodoxa, una pequeña iglesia bizantina y nos recomendó el Mercado Central y un restaurante barato en los alrededores.
|
Curiosa iglesia
|
|
Biblioteca de Adriano
|
|
Mosaicos Agora antigua
|
|
Mercado Central
|
|
Barrio de Plaka
|
|
Plaka
|
|
Templo de Hefesto- Agora antigua
|
|
Arco de Adriano
|
Y ahí estábamos comiendo cuando empezó a temblar el suelo y a moverse los edificios. ¡Hostia, un terremoto, que susto! Tiramos los tenedores y corrimos hacia el espacio descubierto en mitad de la calle, donde poco a poco iba llegando más y más gente en espera de instrucciones de protección civil. Nos enteramos de que era de 5,1 grados de magnitud. Yo he vivido otros terremotos, dos o tres en Birmania, incluso uno en Granada, pero nunca había sentido todo moverse de esta manera. Cuando ya parecía seguro dispersarse, nos sentamos a tomar un café y hubo una réplica breve, acojonadas, vaya. Más tarde lo tuvimos que contar a la familia para que no se preocuparan porque lo dieron en las noticias. Mi madre se alegró mucho de que ‘hubiéramos sobrevivido a la catástrofe’, je,je, como ella misma lo expresó.
|
Momento musical
|
|
Teatro de Dioniso (Acropolis)
|
Los griegos me parecen
simpáticos y dicharacheros, algunos incluso guapos. La ciudad tiene su encanto, aunque ha sido muy
castigada por la crisis, con mucha gente pobre viviendo en la calle, tanto locales
como emigrantes. Está llena de grafitis y hay bastante basura y trastos viejos
en la calle, dejadez y falta de recursos. Mañana dejamos Atenas y salimos para
las islas. Hay hambre de playas alucinantes.
2. Creta
|
Laguna de Balos
|
|
Arena rosa Elafonisi
Vamos a pasar 4 dias en Chania (La Canea en español), al oeste de la isla y otros 3 en Heraklion, la capital, al este. Desde el aeropuerto, cogemos un bus y llegamos al apartamento fácilmente siguiendo las indicaciones del señor Dimitris. Tiene terracita, y la playa está a 6-7 minutos, nos encanta. Nada más llegar, comemos en el restaurante Portes, en el puerto, menudo acierto!!! El pulpo a la plancha, delicioso, las croquetas de zanahoria y melocotón, sabrosísimas. De regalo, te ponen un postre de yogurt con membrillo y un chupito de ouzo, la bebida griega más popular. Lo del postre de regalo es normal en Grecias. Aquí repetimos cena romántica otro día y al final del viaje estuvimos de acuerdo en declararlo ‘el mejor restaurante de todo el viaje’ por calidad, precio, trato y entorno. Muy recomendable, viajeros. |
|
Pescados de Creta
|
|
Ruinas
|
|
Sinagoga
|
La ciudad es preciosa, llena de historia y rincones de ensueño. Los venecianos dominaron la ciudad durante varios siglos hasta mediados del s. XVII en que llegaron los turcos, que se quedaron hasta finales del s. XIX. Pasear por el puerto veneciano al atardecer es un lujo, es sabor a mediterráneo en estado puro. Otro gran placer es callejear por cualquiera de sus barrios de callejuelas empedradas e ir encontrándote las huellas de lo que fueron dejando las diferentes culturas que pasaron por allí, murallas venecianas, sinagogas judías, mezquitas turcas, iglesias ortodoxas,...
|
Puerto veneciano
|
|
Mezquita de los Jenizaros y Faro otomano
|
….
|
Fuerte veneciano Gramvousa
|
Yo disfruté mucho los dos, pero en plan bañarte y relajarte, mejor
Elafonisi porque el autobús te deja en la playa y… a gozar! La arena es
finísima, blanca con tintes rosas por los corales y conchas erosionados. No es
tan rosa como en las fotos, pero es una pasada igualmente. Los miles de tonos
azules del agua y su transparencia recuerdan a las aguas del Caribe, pero sin
mojitos, je,je. El viaje a la Balos implica autobús hasta Kissamos y luego
barco. El barco hace una primera parada en la isla Gramvousa, donde hay un
fuerte veneciano al que subimos con todo el calorazo del mediodía. Menos mal
que nos remojamos en la playa al bajar. La bahía de Balos está ubicada en un
entorno único, inolvidable, con una laguna de poca profundidad y una playa de
aguas cristalinas azul turquesa. El paisaje es un lujo para la vista y resto de
sentidos, y al ser tan abierto, no tienes sensación de lugar abarrotado.
|
Playa Balos
|
|
Isla Gramvousa
|
|
Elafonisi, el paraiso
|
|
Puerto Chania al atardecer
|
Me da un poco de pereza mudarme al siguiente destino, he estado muy muy a gusto en la encantadora Chania. De camino a Heraklion, está Rethymno, donde parece que nació el pintor El Greco (otras teorías apuntan a Heraklion) y estuvimos valorando la opción de visitar su casa natal/museo arrastrando la maleta por el pueblo. Finalmente lo descartamos por logística incómoda y tiramos hasta Heraklion en el bus. Después de estar en un pueblo de postal, la ciudad no me impresionó de primeras. Pero no hay que olvidar que estamos aquí para visitar el Palacio de Knossos, el mayor yacimiento arqueológico de Creta y cuna de la cultura minoica. Estamos hablando de 3.000 años antes de Cristo, nada menos.
|
Sarcófagos
|
|
Palacio de Knosos
|
|
Sarcofago de Hagia Triada
|
|
Fresco minotauro
Pasamos la primera tarde en el Museo Arqueológico, que recoge una impresionante colección muy bien conservada de piezas únicas encontradas en el Palacio de Knossos: frescos como el del minotauro, figuras como la Diosa de las Serpientes, sarcófagos o el disco de Festos. Visita muy recomendable, eso sí, comprar la entrada combinada con la del Palacio, a nosotras se nos pasó y pagamos más al comprarlas por separado.
|
|
Laberinto del Minotauro- Knosos
|
Cogemos un bus urbano para llegar hasta el Palacio de Knossos, a 6 km de la ciudad (1,80 euros). Hay bastante cola para comprar la entrada y no hay guías españoles, ya que no hay muchos turistas compatriotas por Creta, así que vamos a pelo, leyendo carteles y echándole imaginación. El que descubrió el palacio en 1900, Arthur Evans, también debió de echarle algo de imaginación para su reconstrucción. El rey Minos construyó un lujoso palacio con más de 1.400 habitaciones allá por el año 2.000 A.C., pero por desgracia un potente terremoto lo destruyó 300 años más tarde. Uno de los mitos griegos más conocidos es el de Teseo y Ariadna. La leyenda cuenta que el Rey Minos mandó construir este palacio con forma de laberinto para encerrar allí al Minotauro, una criatura con cuerpo de hombre y cabeza de toro, nacido del amor de su esposa, Pasifae, y un toro blanco. Teseo era hijo del rey de Atenas, que había matado al hijo del rey cretense Minos. Creta atacó y venció a Atenas en una guerra y el rey exigió que cada nueve años le entregaran a siete jóvenes y siete doncellas atenienses de familias nobles. Minos los metía en el laberinto y la criatura los devoraba. Teseo se ofreció matar al Minotauro y zarpó hacia Creta. Ariadna, hija de Minos, se enamoró locamente de él y le dio un ovillo de lana de oro para marcar el camino de vuelta y poder salir del laberinto cuando matara al Minotauro y así casarse con ella. Teseo la traicionó al abandonarla en la isla de Naxos en el camino de vuelta entre Creta y Atenas, algo que no me sorprende en absoluto. Un cabrón más en la historia, aprovechándose de la inteligencia femenina para apuntarse triunfos.
|
Sala de banyo de la reina
|
|
Salón del trono real
|
|
Puerto de Heraklion
|
|
Basilica de San Tito, Heraklion
|
Nos queda un día en Creta y ya tenemos ganas de playa después
de un par de días de piedras. Elegimos el pueblo de Hersonissos, que aparecía recomendado como pintoresco y con buena
playa. La playa me pareció pequeña y llena de guiris y el pueblito, pues bueno,
es que después de conocer Chania no es fácil que te impresione algo a ese nivel.
3. Paros, una isla de las Cicladas
Cuando llegamos al puerto para coger
nuestro ferry a Paros,
|
Nuestro hogar en Aliki
|
nuestra siguiente isla, nos enteramos de que nos han cambiado la hora de
salida. Con lo poco que nos gusta madrugar, podríamos haber perreado un rato más
en la cama. El ferry tarda 4 o 5 horas, con paradas en Mikonos, Santorini
y alguna isla más. Tenemos reservado un ‘lujoso apartamento’ (según la
descripción en Airbnb) en Aliki para
3 días, un pueblecito costero alejado del bullicio de la marchosa Naousa, solo banyos de sol y agua en
la playa y rica comida griega, relax total, vaya.
|
Playa Aliki
|
|
Gozando
|
Otro señor Dimitris nos explica cómo llegar al pueblo desde el puerto de Parikia en bus (20 minutos solo, esta isla es mucho mas pequeña que Creta) y de ahí nos recogerá en su coche. El apartamento está a la vuelta de la esquina y resulta ser parte de una típica casa griega con una terracita con vistas al campo. Es amplio y agradable, solo le falta un fregadero, a 2 minutos de la playa, es perfecto. En el puerto hay unos cuantos restaurantes, de los que fuimos probando cada día uno porque son muy similares de carta y precio, ensaladas griegas, pescados, todo muy sabroso y fresco.
|
Rincón de Lefkes
|
|
Salida de misa
|
Como no podemos parar quietas, despues de un dia de playa, nos aventuramos a conocer el pueblito montañoso de Lefkes, del que dicen que es el pueblo más bonito de toda la isla. Y es cierto que lo es. Sus calles estrechas empedradas, sus casitas encaladas de blanco luminoso con puertas y ventanas azules, sus buganvillas fucsias o naranjas, sus macetas de geranios, sus gatos tumbados en posturas imposibles, sus lugareños sonrientes, todo te enamora. Cada esquina da para una foto o varias. Eso sí, hace un calor sofocante y debe ser porque no hay apenas vegetación en la isla.
|
Lefkes
|
|
Calamar relleno
|
|
Museo Folklorico
|
Mientras me documentaba para este viaje, leí que hasta hace 70 años la única isla que tenía casas pintadas de color azul era Mykonos. Fue la reina Federika, madre de nuestra doña Sofía, quien ordenó al primer ministro que todas las islas del Egeo siguieran el ejemplo de Mykonos, al ver el éxito promocional que tuvo en la época la imagen de sus casitas de colores.
El viaje va llegando a su fin, ¡qué pena! Antes de irnos hacia Parikia, la capital, donde pasaremos casi dos días antes de coger el ferry de vuelta a Atenas, visitamos el Museo Folclórico de las Cicladas. Es la casa familiar de Benetos Skiadas, un pescador que también fue artista y su familia quiere mostrar sus trabajos. Un lugar muy agradable, que merece la pena si se esta por la zona.
|
Iglesia Blanca
|
En la estación de bus de Parikia
nos espera el anfitrión con sus dos hijos (educadísimos) para llevarnos al
‘zulo’ que tenemos como alojamiento barato. El sitio es la mínima expresión,
pero muy bien aprovechado y muy limpio. El baño, que está al lado es igual de
grande que la habitación. Y el tercer espacio es el mejor, una mesa con dos
sillas en el patio, entre las dos estancias. Bueno, va a ser solo una noche de
calor y mosquitos.
|
Iglesia de las 100 puertas
|
Nos vamos directas a la playa, a comer algo y bañarnos. El señor ( este no es Dimitris) nos ha indicado ir hasta el último chiringuito donde no nos cobraran las hamacas y sombrilla si consumimos algo. Perfecta decisión, se está genial, hay gente pero hay playa para todos, de nuevo aguas cristalinas para estar tan cerca del puerto.
|
Baptisterio siglo IV
|
|
Pueblito de Lefkes
|
Hoy toca día de pateo por Parikia. Lo primero en nuestra lista es la Iglesia Bizantina de las Cien Puertas, construida
en el siglo VI por el emperador Justiniano y bastante bien conservada y
restaurada. Es realmente impresionante, de tamaño catedral, con capillas, pilas
bautismales, museo bizantino con reliquias y retablos. El casco antiguo de Parikia tiene todo el encanto de un pueblo azul y blanco de las Islas Cicladas. Y se come de escándalo, también. Cenamos en la Taverna Paros, un poco escondida, donde hay una mezcla de lugareños y turistas. La especialidad es la carne a la brasa, y en el menú tienen también mariscos y ensaladas griegas. Grandes porciones y precios muy asequibles. El segundo mejor restaurante del viaje, después del Portes de Chania
|
Aguas turquesas de Aliki
|
Toca coger el ferry de vuelta a Atenas, donde nos queda una ultima noche antes de regresar a casa. Llegamos al puerto del Pireo sobre la medianoche, cansadas y un poco desorientadas porque no controlamos el metro (solo lo hemos cogido para ir y venir del aeropuerto). Es bastante viejo y cochambroso con algún borracho/yonki en nuestro vagón. Nos apeamos en plaza Sintagma, desde donde tenemos unos 15 minutos hasta el hostal, cerca del Arco de Adriano. Pese a ser centro, no hay apenas gente en la calle, y nos entra la paranoia al observar a un tipo que camina delante nuestro y parece que nos espera. Nos paramos y se para, ay Dios. Estamos muy cerca de nuestro destino según googlemaps, hay que girar y entrar en un callejón negro de lo oscuro que esta, aparece una señora que nos quiere ayudar y desconfiamos de ella. A mi me tiemblan las piernas del susto que llevo encima. !Por fin aparece el hostal! Estamos a salvo !Que mal rato!
Grecia, nos has tratado muy bien. Un destino para repetir, sin duda.
No comments:
Post a Comment