Malecon de La Habana |
Mi viaje a Cuba ha sido un sueño
hecho realidad después de muchos años ilusionándome con esta aventura y varios
encuentros con gente vinculada a la isla. En mi imaginario se mezclaban muchos
elementos que me resultaban un coctel muy atractivo a descubrir: la música
(son, salsa,…), el ambiente caribeño, la revolución socialista y sus héroes, el
anti imperialismo, el bloqueo, los lazos históricos con “la madre patria”, la santería,…..
Arte en el Callejon de Hammel |
No se puede pasar por Cuba sin
impregnarse de su realidad, bueno, se puede, hay turistas que se quedan con su
experiencia de playa Varadero y les parece un país maravilloso. Que lo es, sin
duda, pero uno sufre al ver pobreza y en este país la hay. Escuché las
historias y recomendaciones de los amigos que habían visitado la isla, muchos
de ellos en el periodo especial. Las situaciones cambian, obviamente, aunque en
Cuba los cambios parecen suceder lentamente. Mi impresión general es que la mayoría de la
gente que se quedó cuando Fidel comenzo su proyecto revolucionario, vivió con mayor o menos ilusión los primeros 20 o quizás 30
años después del triunfo de la revolución. Y desde los años 90, sobre todo
después de la caída de la antigua URSS, o sea desde hace 20 y muchos años la
gente está más harta y desesperada y no ve la luz al final del túnel.
Casas y coches vintage |
Cuba isla es un buen lugar para subsistir si uno es un vago,
pero puede ser exasperante para el que tenga ambiciones y opiniones propias.
Todos los cubanos tienen garantizado un ingreso de subsistencia mínima (que ronda los 15-25 dolares), pero el Estado lo
decide todo. Los cubanos
son gente que sabe sacarle el jugo a la vida como nadie en otro lugar del
mundo. Dejando de lado los estereotipos y excepciones, la mayoría de los
cubanos son personas alegres y conversadoras con una capacidad asombrosa para
ponerle al mal tiempo buena cara. En su actitud del día a día, no muestran
abiertamente la desesperación que uno piensa deben de sentir por todo lo que
les rodea: un gobierno incapaz de generar crecimiento y riqueza, un
control policial y vecinal férreo, una escasez y carestía de alimentos y
productos de consumo cada vez mayor.
Y ya voy con el relato de las
etapas de nuestro viaje, que os resultaran conocidas a much@s con los que las comparti en Espana.
Nuestros amigos Ernesto y Rafael |
La Habana
De la ciudad se ha escrito mucho, así que no sorprenderé a nadie con lo que cuente. Tiene mucho encanto pasear por la Habana Vieja (calle Obispo, Plaza Vieja, …), o por las grandes avenidas de la zona noble de El Vedado con sus alucinantes mansiones, vestigios de otras épocas, decadencia y el abandono de sus edificios (nos contaban que a menudo hay derrumbamientos con muertos y heridos), calles a medio asfaltar llenas de basura. Y vida, mucha vida, gente sentada en los portones de sus casas viendo pasar la vida o fisgando en las vidas ajenas. Y el Malecón, paseo marítimo de unos 6 km, donde a cualquier
hora del día o de la noche hay gente caminando,
bailando, riendo, vendiendo, comiendo, …
Plaza con Wifi en Habana |
El primer dia conocimos a Rafael, un rastafari guantanamero del que nos hicimos amigas y con el que pasamos un bonito domingo rumbeando en el Callejon de Hammel. Por la tarde cogimos una lanchita y cruzamos al otro lado, donde está el gran Cristo de la Habana y estuvimos bebiendo cerveza y conversando bien a gusto con Rafael y Magwey, alejados de las cámaras de vigilancia y policía.
Trinidad.
Un corto fin de semana en Habana para abrir boca y nos tiramos a la carretera. Tenemos pocos días y mucho kilometro que recorrer. Trinidad nos recibe con lluvia, una putada porque nos perdemos los conciertos al aire libre en La Casa de La Música, en la preciosa escalinata detrás de la plaza.
Rica langosta |
Casa de Trinidad |
¡¡Pero qué
lugar más bello!!! No me extraña que sea Patrimonio de la UNESCO!!!
Impresionantes ventanas en las que no te asomas, te plantas de cuerpo entero, calles
empedradas y casitas de colores. Ademas, uno de los lugares donde mejor comimos,
incluida langosta, y la mejor casa particular en la que nos hospedamos en todo
el viaje, casa Marilyn. Lo único que nos decepcionó fue Playa Ancón,
supuestamente de las mejores de la isla. Al parecer, a causa del temporal, se
habían acumulado grandes cantidades de algas que al pudrirse despedían un olor
nauseabundo.
Santiago.
De nuevo en la carretera central después
de dos días en la bonita Trinidad. Cogimos el bus Viazul donde pasamos nada
menos que 14 horas hasta llegar a destino tras numerosas paradas y alguna que
otra pelea con las señoras de los baños por el lamentable estado de los mismos.
Claro que pagar 1 CUC=1 USD=25 pesos cubanos nos dolía, aunque pronto
aprendimos que valía con pagar un peso cubano. Esto de las dos monedas es un autentico lio, las dos se llaman peso!!!
Nada más llegar
a la casa de Rafael, recomendado por Marilyn (casa de Trinidad) ya nos
queríamos ir. La habitación no tenía ventanas y los colchones eran del siglo
pasado, ufff!!!, 4 noches son muchas para pasarlas en un lugar tan poco
acogedor.
Santiago de noche |
Santiago de dia |
Salimos a
cenar, no encontramos mucha oferta a esas horas, casi medianoche. Las bebidas y viandas se
suelen acabar en los bares y en las tiendas, tienen lo justito, lo que el gobierno adjudica a cada lugar. Nos sentamos un
ratito en la plaza del parque Céspedes, corazón de la ciudad y cercano a la
casa, y al poquito hicimos amigos, de nuevo rastafaris, jajá, los debemos
atraer con nuestro rollito.
Estamos tranquilamente charlando con Ernesto y su
colega cuando viene la policía y les pide la documentación a los chicos. Después
de verificar que tienen antecedentes, se los llevan al cuartelillo. Me parecio una situación de lo más marciana. Resulta ser que el 85% de la población tiene
antecedentes ya que es fácil cometer un “delito”. Un ejemplo: si eres de una
ciudad no puedes viajar a otra por un periodo superior a 30 dias, si lo haces
incumples la ley y puedes ir a la cárcel.
Al dia
siguiente decidimos seguir en la casa, lo cual resultara ser
una mala decisión. Vamos a hacer turismo por la calle Heredia, a la casa-museo
del gobernador Diego Velazquez, la mas antigua de toda Cuba, donde se hacían
los lingotes de oro para mandar a Espanya, a comprar una tarjeta para
conectarnos a Internet y dar señales de vida en casa, a la Casa de la Trova a
escuchar algo de música, a sentir la ciudad, en definitiva.
Probando la guayabita de Pinar del Rio |
Esa noche y
las siguientes también, hay fiesta, la Fiesta del caribe (o del Fuego) y alli nos
encontramos con nuestros amigos. Empiezan los bailecitos, un, dos, tres, suave,
suavecito, la tomadera de ron y mojitos, y nos dan las 4 de la mañana. Hasta
ahí, todo muy divertido. Hora de retirarnos. Mientras estamos llamando al
timbre de la casa, ya que Rafael no nos quiso dar la llave de la entrada, viene
un chaval y me da un tiron al bolso. Joder, se ha llevado mi móvil. Abre Rafael
y estamos enfurecidas, y encima nos culpa de lo sucedido. No damos credito.
A la mañana
siguiente, nos mudamos a otra casa y nos
vamos a comisaria a denunciar el robo. Ahora me parece una pérdida de tiempo
absoluta pero en su momento parecía lo correcto. Luego pateamos una zona nueva
de la ciudad, la plaza Dolores, el mini-Malecón y un barrio que luego nos
enteramos es donde está la escuela de primaria a la que fue Fidel Castro. Una noche mas de fiesta en la plaza y alrededores después de cenar “paella caldosa”. Al
día siguiente nuestro amigo Ernesto nos lleva de excursión a una cascada muy
chula y nos viene genial hacer un poco de campo y salir de la ciudad.
Playa Guardalavaca, Holguín.
Bellisima playa de Guardalavaca |
Cumpleanos en la playa |
Se acabó
la etapa santiaguera y ahora nos toca descanso en la playa. En Santiago es más
evidente la pobreza. También hay menos turistas y los que estamos somos más
asediados por los buscavidas. La gente me parece más cálida que en otros lugares, hay más negros y
mulatos. A solo tres horas en bus esta Holguín (de mayoría blanca) y de ahí a
50 km tenemos la espectacular playa de Guardalavaca. Guau!!! De postal!!! Y es
mi cumpleaños. Que mejor entorno para celebrarlo!!!
La playa está
llena de hoteles en los que no nos venden ni agua, todo es para los huéspedes
del hotel, eso sí, las hamacas son gratis. Encontramos un restaurante donde
comen los lugareños, y repetimos al día siguiente, otro de los sitios donde
mejor comimos de todo el viaje. Espaguetis con gambas y bistec de cerdo, riquisimo, de
lujo.
Casa de Vinales |
Viñales
Me hubiera
quedado un par de días más en la playa, es descanso real. Para llegar a Vinales,
que está literalmente en la otra punta, tenemos que pasar el día en el bus
Viazul y hacer noche en La Habana. Como ya vamos aprendiendo a movernos, en la
estación de bus de Habana conseguimos un taxi compartido por un precio muy
similar al del bus sin esperas ni paradas y en dos horas nos plantamos en Viñales.
Vamos sin casa reservada, sin problema, ya que todas y cada una de las casas de
Viñales rentan habitaciones. Elegimos
una en un callejón para evitar el tráfico, pero nos sale rana, ya que por la
mañana nos despiertan primero los gallos de un enorme corral y seguidamente los
peques llorones de una guardería.
Fumata habanera |
Mogotes de Vinales |
Este es uno
de los lugares donde vemos más turistas por metro cuadrado, sobre todo chicas y
parejitas de europeos. Conocemos a unos catalanes muy salaos en la excursión
que hacemos a pie para conocer el valle con sus mogotes, las fincas de
café, las plantaciones de tabaco y de azúcar. Nos enteramos de que nos han
timado con el precio, ellos han pagado menos y van a caballo. ¡Que pardillas!
Precioso paisaje y agradable día de paseo con nuestro guía que nos enseña
plantas autóctonas, entre ellas las mimosas, sensibles al tacto humano. Por cierto, probe un puro habano y me supo rico,
suave, nada que ver con las bombas que te dan en las bodas.
Decidimos
tomar una clase de salsa, ya que la noche anterior en la Casa de la Música
vimos a todas las chatis bailando con mucho estilo, y nos entro la envidia. Mamuchi, la
profe que nos buscamos, hace lo que puede con nosotras, yo aún cojo el ritmo
pero Tina es un poquito negada, jajá.
La Habana
Musicos santiagueros |
Como
siempre ocurre, el viaje esta llegando a su fin. El viernes por la mañana vamos a la
Cueva del Indio a primera hora y de ahí ya en taxi compartido (nos ha gustado
esta modalidad de transporte) a La Habana. Volamos de vuelta a casa el domingo
por la noche. Nos quedan 48 horas en Cuba y pensamos aprovecharlas bien: hemos
quedado en encontrarnos con nuestros amigos.
Hasta la proxima, Cubita!!!
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