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Vista del Mekong en Vang Vieng |
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Ricoosss bokatas |

Este viaje al país vecino ha estado lleno de muy
buenos ratitos con mi colega Javi, aunque corto y con muchos kilómetros de
recorrido. Myanmar no tiene ninguna frontera terrestre abierta con Laos, lo que
supone volar a Tailandia o directamente a Laos si se dispone del presupuesto.
Nosotros hicimos la versión mochilera en transporte público, lo que nos llevo más
tiempo. El comienzo fue algo accidentado, ya que a Javi no le dejaron volar
Yangon-Bangkok porque tenía las tapas del pasaporte despegadas. Que putada!
Fueron bastante bordes los de Air Asia, y a mí me hicieron correr bajo amenaza
de dejarme en tierra.
Etapa 1.
Bangkok- Vientián.
Tengo suerte de encontrar billete
para esa misma noche en el tren nocturno hasta Nong Khai, pueblo de la frontera
con Laos. Vagabundeo por Chinatown, cerca de la estación de Hua Lampong, solo
unas horas antes de que se produzca el atentado en el que habrá bastantes
muertos y numerosos heridos. Vuelvo a tener suerte de no estar ahí, me digo. La
experiencia del tren-cama es genial, es una cama de verdad, amplia y larga, con
su sabana y su colcha. Cruzar la frontera es fácil y llego al hotel en Vientián
apenas dos horas después de bajarme del tren. El New Lao Paris Hotel es de los más
cómodos en los que nos hemos quedado, algo más caro ($22 con A/C). Mi primera
visión alucinante es la de los puestos de baguettes, y me propongo comer tantos
bocadillos como sea capaz en este país. Una de las mejores herencias de los
franceses a su paso colonizador por la antigua Indochina. Mi siguiente visión
es la de avistar a Javi llegando en taxi, bieeeenn!!! Ha decidido pegar las
tapas en vez de ir por la vía legal de la embajada, hubiera sido un engorro.

Etapa 2.
Vang Vieng
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Nos alojamos en Pan’s Place, ($11 sin A/C) donde hay
un simpático mochilero australiano trabajando en la recepción que nos informa
de todo lo que necesitamos. Lo más difícil es contratar una actividad que no
incluya deporte de riesgo tipo kayak o “tubbing”, bajar el rio en neumático e
ir parando en bares hasta quedar en coma etílico. Esto era lo que atraía a
turismo masivo de jóvenes a este lugar hasta que lo prohibieron debido al número
de accidentes y muertes. Sigue siendo un lugar de marcha con un entorno
espectacularmente bello. Hicimos excursión a la cascada por la mañana y por la
tarde cueva y baño en la Blue Lagoon. Estas excursiones se pueden hacer por tu
cuenta, alquilando bici y preguntando el camino a los paisanos, pero en
invierno para no desfallecer de calor o ponerte perdido de barro.

Etapa 3.
Luang Prabang

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Algas tostadas del Mekong |
Contratamos la excursión a la cascada de Kuang Si en el albergue, el
Kammani, donde por cierto les encantan los Doors, suenan tooodo el día. Por la
tarde, pagoda Wat Xieng Thong, la más antigua, puesta de sol en la pagoda That
Phu Si, mercado nocturno de artesanía, cena en los puestos callejeros cerca del
mercado y copa en el Utopía. Satisfechos de haber conseguido hacer todo lo que
nos habíamos propuesto y de haber disfrutado de lo lindo. La cascada es
preciosa y el baño en una de las pozas, muy refrescante, la puesta de sol, una
delicia para los sentidos, y la cena barata y estupenda, pescado a la brasa,
rollitos de primavera y pajaritos fritos. En el Utopía damos un buen repaso
ocular y verbal al personal masculino y nos vamos tan contentos a dormir. Eso
sí, tempranito, cierran a las 11 pm.
Palacio Real y mercado nocturno |
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Tuk tuks |
por el curso del rio y vas prácticamente caminando por dentro del
Comida en la selva |
mismo, con los pies mojados las 6 horas, la vegetación
es muy frondosa, lo que ayuda a pasar menos calor aunque la humedad es
tremenda. El guía es bastante amateur, no cuenta gran cosa, incluso al llegar a
la aldea Khmu donde hacemos noche le toca cocinar. Comemos lo que hemos ido
recolectando, setas y sopa de flor de banano. Hay muy poca interacción con la
gente local, compartimos aguardiente casero con un señor y algunos niños se
acercan a ofrecernos una especie de grillos fritos, que no me parecen nada
especial. Nos han vendido la moto de ecoturismo en el que parte de lo que
pagamos se destina a desarrollo local pero no nos convence. El segundo día hay
mucho desnivel, ascensos y descensos y sufro un poco. Nos reímos bastante con
los chicos españoles y el intrépido Alberto casi nos deja heridos cortando
bananos a machetazos.
De vuelta a Luang Namtha, cenamos en el Minority
Restaurant una de las cenas mas suculentas del viaje. Si vais por allí, cuidado
con un par de mujeres de la etnia Ahka que rondan por el mercado nocturno, si
les haces un poco de caso, no te las quitas de encima hasta que agoten la
mercancía contigo.
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Templo en Chiang Mai |
Etapa
final- Chiang Mai-Bangkok.


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Reponiendo fuerzas en Chatuchak Market |
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Masajes por doquier en Bangkok |
Con el buen sabor en el cuerpo y la emoción en el alma
de haber disfrutado del viaje, pero con esa penita del 'lastima, que termino'
pongo rumbo a Yangon, donde me esperan cinco días de jornadas para preparar el
segundo año del proyecto, también conocido como "the meth year" (por
metodología, que no por metanfetamina). Me ilusiona esta nueva etapa.
que sepas que se te ve mas joven cada dia. que planes tienes para navidades?
ReplyDeleteGracias por el piropo. Quien eres, encanto?
DeleteEn navidades voy a casa, a Valencia y Madrid. No he visto a mi gente desde abril. Que ganas!!!