Bagan, una ciudad con mas pagodas que habitantes

Bagan es una ciudad historica llena de leyendas sobre dramaticos sucesos e intrigas palaciegas ocurridas durante los reinados de los reyes birmanos hace unos cuantos siglos. Segun la historia, la ciudad empezo a cobrar importancia a partir del siglo XI y poco a poco se convirtio en lugar de peregrinacion para los budistas. 

 Despues de sucesivas guerras, quedo arrasada y abandonada y muchos templos se encuentran actualmente en un estado de deterioro considerable. Ademas, la ciudad ha sufrido frecuentes terremotos. Los amaneceres de Bagan son uno de los espectaculos mas bellos que se pueden contemplar, todo un festival para los sentidos. 

 

Bagan cuenta con tres nucleos de poblacion bastante alejados entre si, y Nyaung U es el que tiene mas vida, en mi opinion.

Para desplazarte por la ciudad hay varias formas de transporte, y yo creo que las probe todas, la bici electrica la mas adecuada al clima y condiciones arenosas del terreno.

Aunque tienen una estructura muy similar, cada pagoda tiene su rollo. Figuras en piedra tallada, inscripciones, pinturas, budas tumbados, el rio de fondo, algo que las diferencia de las demas. Los templos de visita obligada como Ananda o Shwezigon estan abarrotados de puestos de souvenirs y vendedores ambulantes y te encuentras con numerosos autocares con visitantes locales y foraneos.
Hay otros templos como Sulamuni Pagoda, una de mis favoritas, que se pueden visitar tranquilamente y otros incluso, en los que el cuidador de turno te abre la pagoda especialmente para ti.

Resulta magico circular por los caminos con la bici, perdido en un mar de pagodas, sin otra preocupacion que la decidir si hacer un alto

 en el camino en una pagoda o en otra. 

Mi larga estancia de cinco dias me permitio hacer una excursion al Monte Popa, morada de los Nats o espiritus. Parece ser que son 37 en total el numero de Nats, y no tienen nada que ver con el budismo, si no que provienen de las creencias animistas anteriores en el tiempo pero que perviven en armonia con la religion.

 

 

El ascenso al monte no es apto para todas las rodillas, ya que consiste en mas de 700 escalones hasta la cima. La recompensa es una vista espectacular y el placer de merodear entre santuarios y monasterios alla en lo alto.

En la excursion a Popa, comparti taxi con otros turistas, entre ellos un espanol, al que, como a mi, le producen curiosidad los cementerios y con el que tuve una agradable charla. Los espanoles no son una especie que abunde por estos lares. Para finalizar mi relato, una anecdota. El monte Popa es tambien el hogar de multitud de momos, bastante descarados y agresivos, con los que me tuve que enfrentar por el robo de una bolsa con sandia.