El pasado miércoles 8 de octubre fue luna llena y es en
esta fecha cuando los budistas celebran el
final de la cuaresma. Una profesora del college, Mi Mi, nos invitó a Lea y a mí
a visitar el monasterio budista que hay en su barrio. Ella es muy religiosa, de
etnia Pa’O, el segundo grupo más
numeroso en el estado de Shan. A las 5 de la mañana fuimos caminando desde el
college, hay apenas 15 minutos. A esta hora es un gusto pasear, sin gente en
las calles. Mi Mi, que es muy parlanchina, nos contó un sinfín de cosas sobre
el monasterio, el centro de meditación adyacente y el budismo en general. Esa
noche habían dormido en el monasterio las personas que estaban de ayuno por la
cuaresma y cuando llegamos estaban desayunando los monjes. Luego les tocaba el
turno a los mayores y por ultimo a los jóvenes, según riguroso orden de estatus
social y respeto. A nosotras, por ser extranjeras, nos permitieron que desayunáramos
antes que los mayores. Las monjas son las que se cargan con todo el trabajo de limpiar
y cocinar; el papel inferior de la mujer suele ser un denominador común en
todas las religiones, como bien sabemos.
Los budistas tienen cinco preceptos básicos, uno de ellos
el de no beber alcohol, pero según Mi Mi, este se lo saltan muchos. Además, no está
bien visto que los profesores beban, porque son muy respetados y perderían puntos
en su estatus social. De nuevo, esto se aplica a los hombres y a las mujeres
con diferentes varas de medir. Mis alumnas admiten que les gusta el vino pero beben
en sus casas, nunca en los bares. Os imaginareis que ya he empezado a lanzar
proclamas feministas sobre los cambios al respecto que estimo tan necesarios en
Birmania.
Además de ser la fiesta budista el miércoles 8, el lunes 6
fue la fiesta musulmana de Aid-al Kebir. Algunos colleges hicieron fiesta toda
la semana, no el nuestro, y unos compañeros de Mandalay vinieron a pasar unos días
a Inlay Lake, al lado de Taunggyi. Aprovechamos la coyuntura pasar el día con
ellos y visitar el lago. Es obviamente un destino turístico porque ese dia vi
mas extranjeros que nunca desde que llegue. El recorrido en barco es una
preciosidad de paisaje, todo muy pintoresco, con barqueros que reman con un pie,
la pagoda a reventar de gente rezando, comiendo, fumando ya haciendo
ofrecimientos a Buda. Por cierto, a las mujeres no se les permite hacer
ofrecimientos, tampoco.
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